LOS MEDIOS MALICIOSOS EN LA DEMOCRACIA
La política en los gobiernos de una mala democracia no es sana; por el contrario, la política es el mejor uso de los medios maliciosos para lograr el poder.
Las mejores armas para llegar al gobierno no están en la razón de las propuestas, sino en los ataques más perversos al contrincante.
Generalmente en las contiendas electorales somos testigos de muchas artimañas de los candidatos por llegar al poder, entre ellos podemos mencionar quienes lanzan propuestas irreales, promesas falsas, otros que al no tener que proponer comienzan con las campañas de desprestigio, sea esta por desesperación o por cualquier otro motivo siempre hay quienes en vez de mostrar lo mejor de ellos tratan de desprestigiar al otro mostrando las cosas negativas de ellos, aun cuando el defecto no sea muy grande es preferible acentuar y mencionar muchas veces ese error o defecto del contrincante, ya que nuestros pueblos y culturas no muy avanzadas se fijan mucho más en las cosas negativas que en las positivas, de manera tal sean temas de conversación, satirización, chiste o comentario.
El sistema democrático actual permite que exista este tipo de mecanismos por lograr el poder y el gobierno, muchas veces se escudan bajo expresión que no es campaña sucia, es decir la verdad, que dista mucho de decir la verdad a medias, mostrando solo lo malo de alguien; el mostrar una verdad debe de ser completa, mostrar también lo bueno y beneficioso de quien es contrincante.
¿Quién es perfecto de no cometer errores? Solo aquellos que no hacen nada, jamás se equivocan, y son precisamente aquellos que no hacen nada quienes no meren gobernar.
¿Cómo evitamos que exista este tipo de artimañas para hacerse del poder? En una nueva democracia, donde exista calificaciones de propuestas, y donde artimañas negativas cuesten las calificaciones obtenidas, se lograría que los representantes centren sus actividades en propuestas y no en criticas o actividades mal sanas; mucho tiene que ver la cultura de los pueblos, que cuanto más cultos son prefieren conocer lo novedoso y humano de las propuestas de los candidatos.
Los pueblos con más necesidades son los que más se pueden manipular.
Corresponde a los más preparados motivar el buen juicio de los pueblos para votar con razón, y no por entusiasmo efímeros.
Las promesas y las ilusiones son anzuelos del voto popular, cuando las propuestas y debates concienzudos debieran ser responsabilidad de los pueblos.
Los políticos ganas por simpatía, por desprestigiar y por prometer, las autoridades ganan por la sabiduría y los buenos propósitos del pueblo.
Un político gana su autoridad por medio de mentiras y promesas; un líder gana su autoridad por medio de verdades y renunciamientos.
Si un político realmente tiene intensiones buenas para sus representados, ¿por qué esperar a tener el poder?
Los políticos más avezados tiran piedras a sus adversarios y jamás reconocen sus aciertos; un líder probo reconocen los aciertos de otros para ponerlos a favor de los suyos.
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